Ñaña es un barrio periférico de la enorme urbe limeña, dividido entre el distrito de Chaclacayo y el de Lurigancho-Chosica por el río Rimac. A unos 20 km del centro de Lima, por la carretera central hacia los Andes, era, a la llegada de los primeros hermanos, una zona semi-rural donde llegaban en masa migrantes pobres del Centro del país (Huancayo, Huancavelica, Cerro de Pasco y Ayacucho). Fue elegida por los monjes por su leyendaria tranquilidad y su clima primaveral.
Hoy en día es parte de la inmensa periferia popular e industrial de la metrópoli Limeña, con su 10 a 11 millones de habitantes. Por una parte, en estos 50 años, el empeño y el sacrificio de los migrantes andinos han transformado completamente el paisaje urbano de la zona. Pero, por otra, la “limeñización” del espacio trae cada día consigo los problemas nuevos propios de las grandes urbes pobres de América Latina. En este nuevo contexto social, nuestra presencia en Ñaña cambió de rostro y cada día, la atención a los problemas de la gente, empezando por los miembros de nuestra fraternidad laica, solicita nuestra imaginación espiritual y social, sin perder la especificidad contemplativa que nos caracteriza.