La Liturgia es el lugar privilegiado en que la Escritura se vuelve Palabra viva y eficaz. Es Jesucristo mismo que habla y actúa por su Palabra en el Pueblo de Dios que es la Iglesia. “Estén atentos, es Dios que les habla”, cantan en la Iglesia oriental. La liturgia es nuestra responsabilidad mayor como monjes y monjas, en el Cuerpo místico de Cristo.
El día monástico se desarrolla alrededor de una estructura que integra la oración personal, la oración comunitaria en forma de la liturgia de las horas (basada en los salmos), la eucaristía, la lectio divina y lectura espiritual, e incluso el trabajo se vuelve oración y liturgia en el silencio contemplativo.
